Inteligencia Artificial y regulación: cómo innovar sin riesgos legales

La adopción de inteligencia artificial (IA) avanza a gran velocidad en el mundo empresarial, pero también plantea importantes retos legales.

Las empresas y bufetes buscan fórmulas que les permitan innovar sin exponerse a riesgos regulatorios, en un contexto en el que la normativa europea desplegará sus efectos plenos en 2027. Daniel Lara, director del área legal de Afianza, debatió en el III Think Tank Legal organizado por Aranzadi LA LEY, sobre el marco regulatorio de la IA.

IA: entre la oportunidad y la incertidumbre legal

Las compañías ven en la IA una herramienta clave para reducir costes, mejorar la eficiencia y abrir nuevas líneas de negocio. Sin embargo, también temen caer en incumplimientos legales relacionados con privacidad, propiedad intelectual o responsabilidad civil.

El desafío de un marco regulatorio en evolución

Mientras Estados Unidos adopta un enfoque más liberal, la Unión Europea se posiciona con una regulación garantista. La clave está en cómo aplicar la norma sin frenar la innovación.

El Reglamento Europeo de IA: fechas clave y riesgos inmediatos

La nueva normativa europea entró en vigor en agosto de 2024 y se implementará de forma progresiva hasta 2027. Las empresas deberán adaptarse especialmente a partir de agosto de 2026, cuando entrarán en vigor las obligaciones para sistemas de alto riesgo.

Principales áreas de riesgo

  • Privacidad y protección de datos: cumplimiento estricto de la normativa GDPR.
  • Propiedad intelectual: uso adecuado de datos y modelos entrenados.
  • Responsabilidad legal: definición clara de quién responde en caso de fallos.

Innovar con seguridad: el papel de los sandboxes regulatorios

Los sandboxes permiten a las empresas probar tecnologías de IA en entornos controlados y supervisados, reduciendo riesgos legales laborales y facilitando la innovación. Este modelo, ya probado en varios países, se perfila como una herramienta clave para el despliegue seguro de IA en Europa.

Europa y la necesidad de flexibilidad para no perder competitividad

Algunos expertos alertan de que una regulación excesiva podría ralentizar la innovación y alejar inversiones hacia países con normativas más flexibles.

Hacia un marco global común

Una posible solución sería establecer normas internacionales armonizadas, que garanticen seguridad jurídica sin frenar el desarrollo tecnológico.

La IA no es solo una oportunidad tecnológica, también es un desafío regulatorio que exige preparación. Las empresas que se adapten antes y construyan sistemas éticos y seguros estarán mejor posicionadas para liderar el mercado en los próximos años.

Lee el artículo completo en Cinco Días

 

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